sábado, 24 de septiembre de 2011

geografía, síntoma y arte


Quien tiene la desdicha de vivir cerca de alguna enfermedad rara -esas que las pruebas diagnósticas no consiguen determinar del todo- tiene el privilegio de entrar en contacto con médicos listísimos, capaces de ver lo que el ojo no detecta. Ellos saben que observar es imprescindible en su oficio, como cuando las radiografías, el scanner, la resonancia o la endoscopia no existían. Lo cuenta Foucault en El nacimiento de la clínica al rememorar las épocas en las cuales todo pasaba sobre la superficie de la piel, pues en el caso de las señoras ni siquiera se podía llevar a cabo una auscultación por motivos morales. Así que en el fondo los médicos y los historiadores del arte tenemos en común más de lo que se podría pensar, si bien el trabajo de los primeros es esencial en la sociedad y el de los segundos un lujo necesario: al final ambos ejercemos nuestra profesión dejando el protagonismo a los ojos, buscando relatos secretos en los cuerpos.
(Estrella de Diego)
Comparto lo que dice desde la Q a la S ( sin duda, la mejor crítica de arte española)
(fotografía partisana)

5 comentarios:

Carmela dijo...

No la conozco, Marcela, pero si sé que me gusta lo que dice.
Y la primera frase es muy cierta.
Besos

India dijo...

Soy tan tonta, que me emociona cuando leo a alguien describir con tal simpleza algo que cuesta a veces tanto ver así de claro en la rutina... esas cosas que te hacen creer que pierdes el tiempo pensando en bobadas... y no... no son bobadas, porque que alguien sea capaz de ponerle palabras a un sentimiento, sea físico o "espiritual" te pellizca en fibras que ni sabes que tienes... y eso nunca es una bobada. Mirar, escuchar, tocar, saborear, oler... son verbos que contienen más que cinco sentidos del cuerpo.
Un aplauso silencioso y reverencial a ambas, Marcela.

fiorella dijo...

Todo parte desde la mirada, la observación íntima. Hay una frase que dice:no hay enfermedades, hay enfermos. Una frase muy sentida y dicha entre médicos y estudiantes de otros tiempos.La clínica era y debería ser eso. El arte, es el pulsar los sentidos, fibras íntimas que se muestran...soy lo que veo.Un beso

Genín dijo...

Siempre he pensado que hasta que los hombres y las mujeres no andemos con el torso desnudo cuando y por donde nos de la gana, no habremos evolucionado positivamente...
Besitos y salud

Blue dijo...

Cierto. Cuando no había tantos medios el médico te hacía preguntas, palpaba, buscaba el dolor. Ahora se abusa de las pruebas (incluso por razones económicas), acribillan a uno para llegar a lo que otros llegaban con la simple observación.
No reniego de los medios, claro, pero echo de menos esa intuición que muchos utilizaban tan bien.
Besos...sin dolor.
;-)