miércoles, 28 de mayo de 2014

selfinarcisismo



En un mundo en el que cada vez pasamos más desapercibidos, en el que tenemos como amigos uno o ninguno, nos retratamos constantemente para que millones de conocidos nos digan “me gusta”.
El selfie ha existido desde siempre, e incluso ha sido pintado permanentemente, pero nunca como ahora ha habido tal cantidad de autorretratos a brazo alejado. Es una plaga no sé si necesaria, pero sí un canto al narcisismo infantil de siempre, ese del “mírame mamá”.
Si todos los hacen, porqué nos vamos a privar de ser igual que todos. Porque la moda nunca ha sido tan gregaria, si se llevan las barbas no tardamos en decir a nuestros novios o hermanos que quedan estupendas. Tiempos en los que la diferencia es sinónimo de “raro”.
Lo raro es sinónimo de no me gusta, y nos hemos convertido en masa gris expectante de la mirada de los otros, que no del otro. Somos personas que no ejercemos como humanos, sino seres perdidos en un mundo viral infectado de necesidades en el que nos dicen que hacer, que pensar, y pasar la tarjeta de crédito. Todo se compra, porque todo caduca de una temporada a otra, incluso las emociones y los afectos.
Y muchas redes sociales cada vez más limitadas en qel que ya la única opción es "me gusta" "ya no me gusta".

1 comentario:

Genín dijo...

A mi las redes sociales tipo FB nunca me gustaron, me aburrí enseguida, solo me quedo con mi viejo blog :)
Besos y salud